martes, 15 de marzo de 2011
Estado de las centrales de Fukushima en Japón
jueves, 25 de junio de 2009
Garoña ¿en manos de quién estamos?
Y ese servicio esencial no es otro que suministrar a la sociedad española energía eléctrica de forma segura, fiable y barata, que no es moco de pavo. Respetando todas las normas nacionales e internacionales, mejorando la instalación día tras día y atendiendo eficazmente todos los problemas que han ido surgiendo, tanto los reales como los imaginarios (que también los ha habido). Y sin desfallecer, porque no es fácil trabajar a diario con el soniquete de que "mañana nos cierran". En mi caso particular soy afortunado, sólo llevo 21 años oyéndolo, otros compañeros viven en esta situación desde hace bastante más, porque sí, en Garoña, aunque “parezca mentira”, la gente llega a jubilarse y además es lo habitual, como en toda tierra de garbanzos.
Aunque claro, ahora vienen las malas noticias, porque en lo que respecta a la situación actual de nuestro país, estamos en manos de un irresponsable que antepone sus particulares intereses electorales a los de toda la sociedad, para conceder el cierre de Garoña a una minoría radical supuestamente “ecologista” que no razona y que nos quiere llevar de vuelta a la caverna. Por desgracia para nosotros, los trabajadores de Garoña, ese irresponsable es el Sr. Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, que tiene la potestad de negar el permiso que Garoña ha solicitado, el CSN aprueba y él, Zapatero, por su mano mayor y de acuerdo a sus convicciones “antinucleares” parece que va a rechazar.
Zapatero deja de lado el drama del paro, la crisis, el medio ambiente, el CO2 y el calentamiento global, la dependencia energética exterior de España, etc, etc, etc y se centra en lo “importante” para él: hay que cerrar Garoña porque sí, para atraer votos progres y de paso, distraer un poco la atención del personal.
Y todo por rebañar un puñado de votos radicales ecolojetas, que no ecologistas. Los ecologistas somos nosotros. Porque hoy en día resulta que ser ecologista y nuclear es compatible, sin ir más lejos, James Lovelock fue fundador de Greenpeace y ahora defiende la energía nuclear.
El mundo cambia a velocidad de vértigo. Hasta hace solo unos pocos años todos los demonios ambientales se centraban en la energía nuclear: éramos malos, malísimos. Ahora resulta que las prioridades han cambiado. El CO2 vertido a la atmósfera por la combustión de los combustibles fósiles ha contribuido a calentar el planeta y ha causado la muerte de 300.000 personas el año pasado según este informe.
Y paradójicamente la energía nuclear hubiera contribuido a reducir ese número si estuviera más extendida. Pero claro, a los chicos de la caverna estos detalles les superan.
Cualquiera puede visitar nuestra Central y formar su opinión de primera mano, verá trabajadores normales y corrientes, orgullosos de su trabajo y de su central. Gente comprometida con Garoña y que si Zapatero no recapacita, en buena parte se verá abocada al paro en un plazo más o menos corto. Los afortunados, que serán los menos, solamente tendrán que cambiar de lugar de residencia, dejar a la familia y a los amigos hacia otro futuro incierto.
En Garoña estamos muy preocupados por nuestros puestos de trabajo. Dependen directamente de que la Central siga en operación los 10 años aprobados por el CSN. Todo el trabajo está hecho desde el punto de vista técnico, formal y administrativo y dio su fruto: el dictamen favorable del CSN. Pero no sabemos cómo influir para que Zapatero reconsidere su postura. Somos técnicos, no nos sentimos cómodos en medio de una marejada movida por razones exclusivamente políticas y en este papel que nos han impuesto para defender públicamente nuestra Central y nuestros puestos de trabajo.
GAROÑA ES SEGURA ! CONTINUIDAD ¡
Muchas gracias,
Fran Gutiérrez
Mantenimiento Eléctrico de la Central Nuclear de Santa María de Garoña
lunes, 6 de abril de 2009
Aritmética, población y energía
Los Fundamentos Olvidados de la Crisis Energética es un vídeo de 52 minutos en el que se intenta demostrar que el crecimiento sostenible es una paradoja, un oxímoron, apoyándose en dos ideas: que porcentajes minúsculos de crecimiento porcentual proporcionan cantidades enormes en tiempos muy breves; y que los recursos del planeta donde vimos, por redondo que es, son finitos.
Espero que os guste y os haga reflexionar. Es largo pero no tiene desperdicio.
miércoles, 18 de marzo de 2009
El debate nuclear
sobre la energía nuclear en la Unión Europea. Francia no lo abre porque ya ha apostado por ella y no quiere complicarse la vida. La Italia de Berlusconi ha dado un paso al frente (acuerdo de desarrollo nuclear con Francia), pero sin consultárselo a los ciudadanos. Los dirigentes de los países del Este europeo, que sufrieron en pleno invierno el corte de gas ruso, también han aprovechado la ocasión para no discutir sobre un apoyo popular que consideran obvio (porque les conviene, claro). ¿Y qué decir de España? Ha tenido que ser Felipe González, presidente del grupo de reflexión sobre el futuro de la Unión Europea, el que dé un aldabonazo y nos recuerde que es «imprescindible» que los países de la UE avancen hacia una política energética común.
El ex presidente González no ha pedido que se adopte una u otra decisión, aunque él pueda ser partidario ahora de la energía nuclear. Se ha limitado a decir, en su intervención en la conferencia de presidentes de Parlamentos europeos, celebrada en la Asamblea Nacional francesa, que «es un error dramático rehuir este debate», sobre todo cuando cada vez más países están decididos a recurrir a esta fuente de energía. El ex presidente del Gobierno español reclamó un debate sobre la cuestión, pero obtuvo como respuesta el silencio de los latifundistas del miedo a perder votos si se abre el melón.
Todavía hay quien cree que estar en contra de las nucleares es una bandera de la izquierda, mientras que ser partidario de ellas constituye un signo inequívoco de la derecha. Y no es cierto. Ya no lo es. El déficit energético de la Unión Europea, que nos sitúa en una clara dependencia de países con gas y petróleo (y muy especialmente de Rusia), necesita ser repensado. Todos conocemos la situación real, por ello es tan lamentable —y tan condenable— la ausencia de un debate europeo. Porque si no lo hay, ocurrirá lo peor. Y lo peor en este momento es que cada país comunitario haga lo que le dé la real gana, sin ponerse de acuerdo previamente con nadie. Pues bien, es justamente lo que está ocurriendo. Nos encaminamos hacia un horizonte de clara desunión europea.
Por Carlos G. Reigosa. Publicado en "La Voz de Galicia" el 18/03/2009.
"La energía nuclear no es una chirigota"
Si el Gobierno hiciera una encuesta entre los ciudadanos preguntando si quieren o no pagar impuestos, o si se debe reducir el sueldo de nuestros políticos, seguramente el consenso social sería abrumador ¿Estaría dispuesto el Gobierno a suprimir los impuestos o a reducir el sueldo de los políticos en aras de satisfacer a ese consenso social? En otros países nada sospechos medioambientalmente, como Finlandia, ya se ha dado este debate y los ciudadanos han podido tomar posición libremente. Un debate es un ejercicio de transparencia necesario para que los españoles formen su criterio después de ser informados y no apoyándose en prejuicios. El debate sobre la energía nuclear no es una "chirigota", como dice de forma frívola el ministro. El que haya amplios sectores de la sociedad como los empresarios, los sindicatos o la Fundación Alternativas del PSOE, que lo reclaman significa que lo que hay detrás es algo más que una mera opción ideológica. La seguridad de suministro y el coste de la energía son vitales para el desarrollo de un país. Y los responsables de muchos países -Francia, Gran Bretaña, India, EEUU, Alemania...- han visto que la energía nuclear es una opción indispensable para garantizar el bienestar de sus ciudadanos. Otros permanecen anclados en sus prejuicios.
Artículo publicado en el diario Expansión el 13/03/2009.
jueves, 12 de febrero de 2009
“Política” energética
Hace unos días apareció en mi mail un correo con el siguiente asunto: “Campaña de recogida de firmas para el cierre de Ascó y Vandellós”. Afortunadamente acabó en la carpeta de “Correo no deseado”. Lo curioso del asunto es que el remitente era un compañero de carrera, Ingeniero Industrial.
Yo siempre había pensado que la causa de tanta controversia antinuclear en España se debía a la falta de información, formación, cultura… o como se quiera llamar. El hecho de que un Ingeniero Industrial, con toda la formación en materia energética que se supone que tiene, se muestre a favor de una nueva moratoria nuclear me lleva a pensar que hay algo más detrás de esa aversión a los kilowatios nucleares.
Sin querer sacar conclusiones anticipadas, coincide que el susodicho es miembro o cabecilla de un colectivo llamado “Colectivo libertario de Sant Boi”. Con la intención de conocer el perfil de esta persona, me sumerjo en la web de este colectivo y descubro que se trata de un colectivo anarquista. Con esto no quiero entrar en un debate político sobre la anarquía, pero me hace pensar que la opinión acerca de la energía nuclear puede estar muy ligada a los pensamientos políticos de cada individuo.
Y sí, parece que es cierto. Se suele asociar (no sé porqué) la izquierda con los verdes (Greenpeace y compañía), principales detractores de la energía nuclear, y a la derecha con los lobbys o grandes potencias económicas favorables a la construcción de más centrales nucleares con el único fin de lucrarse.
El problema de este país, en lo que a “política energética” respecta, es que el término “política” de la expresión se confunde y se saca de su contexto. No debe asociarse la necesidad energética de un país con las tendencias políticas que lo gobiernan. ¿Es que un militante del partido socialista no se ducha con agua caliente o enciende el aire acondicionado en verano? ¿Es que un defensor de la derecha está en contra de proteger el medio ambiente y derrocha energía? No, no es eso. En general, independientemente de la tendencia política de cada uno, todos tenemos las mismas necesidades energéticas y el mismo compromiso con el medio ambiente.
Hagamos el intento de no asociar energía nuclear con política. Hay que informarse de las ventajas y desventajas de cada tipo de energía y después, sólo después, opinar y decantarse hacia una alternativa energética. Es hora de olvidar eso de “Yo soy antinuclear porque soy de izquierdas” o viceversa. Como mucho, podemos plantearnos qué tendencia política se decanta hacia nuestra opinión en materia de energía. Desgraciadamente, esta es una de las formas de compra de votos muy utilizada por “unos” y por “otros” cuando la campaña electoral se aproxima.
Es lo que está sucediendo con Zapatero. Ganó votos asegurando que iba a clausurar todas lascentrales nucleares españolas. La sociedad sigue esperando que tome alguna decisión en esa materia. Pero afortunadamente no es él quien toma las decisiones. Me aventuro a pensar que alguna comisión o grupo de sabios en materia energética están asesorando a nuestro presidente, de manera que las decisiones de clausura de las centrales no se basen en asuntos políticos si no en verdaderos motivos de peso que tengan en cuenta las necesidades, ventajas, inconvenientes, seguridad y compromiso con el medio ambiente.
Eso es lo que parece que está pasando. Hasta ahora la única medalla que el gobierno se ha colgado en este aspecto ha sido el cierre de Zorita. Es más, no es el gobierno quien decide esos temas. Es el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) quien hace una evaluación de la seguridad de cada central para conceder o denegar la prórroga de la licencia de explotación de las centrales. Si el resultado de la evaluación no es favorable, la central no puede operar más, independientemente de lo que opine el consejo de ministros. Si, por el contrario, se considera que la central es suficientemente segura como para seguir operando, entonces esta decisión se eleva al Gobierno. En el caso de Vandellós I (clausurada hace unos 20 años) y Zorita, fué el CSN quien decidió (basándose en aspectos técnicos y no políticos, se supone) la no renovación de las licencias de explotación.
A ver qué pasa con Garoña. Es la siguiente central nuclear que debe pasar el examen del CSN y del Gobierno (si procede). Esperemos que la decisión no tenga ninguna connotación política.